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Hay una carta en el Tarot que fascina y desconcierta más que otras: El Colgado (Le Pendu). A menudo se malinterpreta como símbolo de sacrificio o renuncia, pero en realidad habla de suspensión, escucha y, sobre todo, perspectiva.
¿Alguna vez te has preguntado cuál es tu postura frente a la vida? No hablo solo de tu postura física, sino de tu actitud mental y emocional. El Colgado, el arcano número XII, nos invita a reflexionar sobre cómo enfrentamos los momentos de pausa y transformación.
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¿Qué postura estoy adoptando frente a una acción o decisión que debo tomar?
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¿Cuál es mi papel en una relación?
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¿Qué espacio ocupo en el mundo?
Tomemos un ejemplo concreto: cuando una situación parece “bloqueada” —un proyecto estancado, una relación que no avanza— solemos reaccionar con frustración. El Colgado, en cambio, nos enseña a observar el bloqueo desde otro ángulo, entendiendo que la solución no está en “hacer más”, sino en rendirse y cambiar de perspectiva.
La postura del Colgado: un símbolo de equilibrio y transformación
Al adentrarnos en el estudio simbólico del Tarot, lo primero que llama la atención del Colgado son sus piernas cruzadas, que recuerdan una cruz: símbolo de sacrificio voluntario, pero también de equilibrio. Esta misma postura aparece en el Emperador (Arcano IV), que representa la firmeza, y en el Mundo (Arcano XXI), que simboliza la realización. Un pie toca la tierra, conectado con lo material; el otro se eleva, vinculado al mundo espiritual. La pierna libre del Colgado sugiere que su estado de suspensión no es una prisión: siempre existe la posibilidad de bajar.
Esta figura cuelga de una viga que equilibra dos troncos: símbolo de los dos polos de la existencia. La realidad se manifiesta en polaridades: bien y mal, correcto e incorrecto, el Sol y la Luna —es decir, el Padre y la Madre. Esta dualidad fundamenta dos grandes caminos interpretativos del Tarot: el camino del Mago (Arcano I), correspondiente a la Tradición Solar, y el de la Sacerdotisa (Arcano II), correspondiente a la Tradición Lunar.
El camino del Mago y de la Sacerdotisa: dos trayectos complementarios
El Mago representa un camino lineal, el viaje del héroe que avanza desde sus orígenes hacia el presente. Con los objetos dispuestos sobre su mesa —los cuatro palos del Tarot: oros, bastos, espadas y copas— nos enseña que los elementos no están fuera de nosotros, sino que reflejan nuestra interioridad. El Mago experimenta, se equivoca, y se pregunta por el sentido de sus vivencias, sabiendo que está aprendiendo.
La Sacerdotisa, por su parte, ofrece un camino introspectivo e intuitivo. Invita a explorar lo no dicho, el misterio oculto tras los velos de la realidad visible. El velo tras su figura simboliza el “velo de Maya”, que oculta el verdadero conocimiento. Su postura no pretende ocultar la verdad, sino recordarnos que la dualidad es percepción. El libro en sus manos invita a una sabiduría que libera la mente atrapada por la ilusión y nos guía hacia la verdad, representada por el huevo escondido tras ella.
Hay varias señales en los Arcanos que nos muestran la cruz como clave del camino. La cruz aparece en el pecho de la Sacerdotisa, y también en el número mismo: las dos líneas del II romano forman una X al superponerse. Si sumamos esa X (10 romano) al número II de la Sacerdotisa, obtenemos el XII del Colgado: quien ha convertido la cruz en postura.
Además de sus piernas cruzadas, en el Tarot de Marsella la X del número aparece en lo alto de la carta, indicando el punto de partida de su estado. Este arcano es quien, al girar su atención hacia el mundo de la energía, reconecta con su Alma. Ve más allá del velo de la Sacerdotisa: su suspensión le permite contemplar la realidad del revés, comprender el secreto de la dualidad. Y si le sumamos otra X, llegamos al Loco (arcano sin número o XXII): quien ha trascendido la dualidad, ha integrado los opuestos y alcanzado la Unidad.
El Colgado, en el medio de este camino, es quien nos ayuda a poner en práctica esta integración: nos invita a soltar el pasado y abrazar el vacío como espacio creativo.
El dualismo: un sendero que hay que atravesar
El dualismo no es un error ni un obstáculo a evitar. No se trasciende eligiendo un solo lado, como haría el materialista que niega el alma o el espiritualista que desprecia la materia. El dualismo es un proceso que debe ser comprendido y vivido.
En la vida cotidiana caemos en las polaridades: correcto o incorrecto, éxito o fracaso, amor u odio. El Colgado nos enseña que la vía no es elegir un polo, sino atravesarlos para superarlos.
Por ejemplo, frente a un conflicto personal, en vez de tomar partido, puedes “suspenderte” como el Colgado y observar ambos lados con neutralidad. Esto te permite ver el panorama completo y descubrir un tercer camino, muchas veces el más transformador.
El Colgado nos recuerda que nuestra vida puede ser cielo o infierno, según nuestro estado interior. La clave para dominar este estado, y acercarnos al alma, es escuchar su voz: una voz que habla desde lo profundo, y que el Tarot nos enseña a interpretar.
La via del Tarot de la realidad
Los Arcanos Mayores y Menores, lejos de ser un oráculo abstracto o una ventana al futuro, nos ayudan a reflexionar sobre el presente. No son una herramienta para adivinar lo que vendrá, sino un mapa simbólico para interpretar nuestra realidad y dialogar con lo que ocurre dentro y fuera de nosotros.
Reflexionar sobre la postura no es un ejercicio teórico: es una llave para entender dónde estamos y cómo nos situamos frente a lo que nos rodea. Ya sea con el Colgado u otras cartas, los Arcanos nos recuerdan que nuestra realidad es el resultado de nuestras elecciones, percepciones y miradas.
Si esta visión resuena contigo, te invito a participar en mis próximos cursos o a escribirme para explorar junt@s tu relación con el Tarot y con la realidad. Encuentras todos los detalles en la sección de eventos del sitio, o puedes contactarme directamente.
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P.D. Agradezco a Elena Datrino por la foto de portada. Supo capturar, hace años, mi vínculo con el Tarot en una imagen que hoy aún representa la esencia de lo que hago. Una foto nacida para el proyecto Facce da blogger, que hoy se convierte en símbolo de mi manera de vivir y trabajar con los Arcanos.
Fotografía: © Elena Datrino
Tarot: © Jodorowsky-Camoin
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